14 Congreso Nacional AMER
Sede: Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, Saltillo Coahuila, México.
Los territorios rurales mexicanos viven una crisis desde hace décadas, propiciada por un modelo de desarrollo impuesto que no considera los límites ecológicos del planeta y la multiplicidad de modos de ser y estar en los territorios; ha demostrado ser un sistema insostenible y sin futuro, con formas de producción que utilizan abundantes cantidades de energía y recursos naturales.
Las políticas hacia el campo que se aplicaron en nuestro país en los últimos cuarenta años respondieron a los requerimientos del desarrollo productivista y de explotación de la naturaleza, para atender las demandas del mercado, a la vez que posicionó a cada país en función de ventajas comparativas. En México, se dejó de apoyar a las actividades agropecuarias que estuvieron, durante muchos años, en manos de comunidades campesinas. El TLC y el ahora TMEC, que respondió a los lineamientos propuestos por el neoliberalismo, pretendió centralizar la producción en manos de aquellos más competitivos en el mercado internacional y forzó al abandono de los incentivos estatales de la producción campesina.
Así, estas políticas privilegiaron la agricultura por contrato dirigida a la exportación lo que terminó desalentando la producción de granos básicos, que principalmente eran producidos por campesinos, generando de esta manera una balanza comercial agropecuaria superavitaria, pero a la vez produciendo una dependencia alimentaria del exterior, especialmente de dichos granos básicos, lo cual se demuestra en los altos índices de importación. Ello formó territorios rurales divididos en dos sectores productivos polarizados, uno que va dirigido al mercado y otro que resiste y no abandona la tierra como nos demuestran la importante cantidad de campesinos que, a pesar de todo, continúan trabajando las tierras comunales, ejidales y de propiedad social.
Por otro lado, en las zonas donde la agroindustria ha concentrado la tierra, ha ocasionado un proceso de despojo del territorio que implica también destrucción de las formas y entramados de la vida rural. En los territorios periurbanos se registra un proceso de diversificación productiva, debido a que los territorios rurales están siendo absorbidos por los espacios urbanos, dando como resultado que muchos campesinos y pequeños productores se dediquen a diversas actividades, no necesariamente ligadas a la tierra.
1.- Problemáticas, transformaciones y persistencias en los sistemas productivos y agroalimentarios
2. Proyectos hegemónicos y amenazas a los bienes comunes
3. Ciencia, tecnología e innovación: imposiciones y alternativas en el espacio rural
4. Actores y dinámicas sociales en las ruralidades mexicanas. Miradas a futuro
5. Resistencias, acción política y Estado
Programa completo: https://amerac.org